lunes, 13 de enero de 2014

El caso de Inés Bertón de Tealosophy

Inés Bertón es una mujer de éxito con una particularidad denominada como "olfato absoluto" que además de proporcionarle fuertes dolores de cabeza le proporcionaba una gran capacidad olfativa que trató de aprovechar estudiando perfumería en París, que resultó ser bastante diferente a lo que ella imaginaba. Mucha química pero nada de arte. Así que decidió buscar mejor suerte en Nueva York.

Una vez al otro lado del charco, se metió en el mundo del arte y cayó de manera fortuita en una casa del té, donde además de cobrar cuatro dólares y medio a la hora de trabajo y alimentarse de arroz para por ser una manera económica de alimentarse, aprendió a entender el té e incluso viajó a oriente para tratar de perfeccionarse cada vez más.

Durante la crisis argentina de 2001, decidió volver a su país y contra lo que decía la economía se propuso emprender y montar su propio negocio, Tealosophy. Un local que acabó cobrando cada vez más importancia gracias a la calidad que ofrecía y las ideas de ampliar el negocio no tardaron en llegar y cada vez se necesitaban más y más locales.

Ahora Tealosophy, lidera el mercado del té y exporta a más de 20 países sus productos y se encuentran entre sus clientes personajes tan ilustres como el propio Dalai Lama.

Una recomendación que hace la propia Inés Bertón a los pequeños empresarios es: "Una Pyme necesita menos títulos de nobleza y más gente que labure".

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